Y todo se rompió.
Nada de lo que te rodeaba se tenía en pie.
Los minutos rotos se hacian eternos...
mi boca amargaba,
las manos no se podian estar quietas.
Mi mundo se desplomaba...
Miraba y las circunferencias inundaban mi mente,
-como andar en una cama hinchable-
no avanzar , ¡hasta retroceder en ocasiones!!....
Sacar fuerzas de meras ilusiones y amarrarte a la vara de avellano que siempre quisiste ver...
no existe, esa vara es un junco herido, te corta al minimo gesto...
NO CONFIAR... me hago un poco más ruín...
Me gusta
ResponderEliminar