Llega a nosotros rozando nuestra faz porque se alimenta del contacto humano, y no molesta, solo cuando él quiere...
En ocasiones es tan agradable sentirlo... que quisieras que te acariciara toda la eternidad, tu piel recibe el frescor como la lluvia en la flor.
Sus momentos salvajes me desesperan, no da tiempo a quitarte el pelo cuando se están cerrando puertas y se vuela todo lo que habías colocado...
Mi vida funciona así, odio y quiero como si fuese una borrasca, sin saber si mañana voy a amanecer.
Me gusta. Un saludo.
ResponderEliminarViento que golpea, te gira, te revuelve. Grita.
Que vendrá el tiempo de sequía, cuando el aire enrarecido te asfixie... cuando el silencio te cosa la garganta... muriéndote de golpe, en una eternidad embriagada de amapolas.
Hasta que, de nuevo, mirándote las manos, saltes de nuevo, como solo sabe el mar.